La vida teatral está llena de desafíos

Hoy quiero hablar sobre la vida teatral de un modo reflexivo y espero se me entienda. Quienes me conocen saben vivo del afán creativo que nunca he podido estar quieto con ello, que imagino historias, títulos, personajes, situaciones y que mucho, quizá todo, viene de una efervescencia observadora interior y exterior.

Sin embargo, hoy no voy a decir más sobre mi, sino acerca de mis últimos aprendizajes acerca de la producción teatral de terceros, a quienes suelo visitar junto a Artes Unidas, desde donde confirmo que realmente la vida teatral está llena de desafíos uno más complejo que el otro.



La vida teatral está llena de desafíos

Me vi como público de una obra de teatro que a algunos les gustó y a otros no y no es el primer caso, pero sí uno especial porque la dramaturga me recuerda mucho a mi y a lo que yo quise hacer hace tanto (viajar y aprender, volver y montar, regresar y ser feliz en el tránsito).

Debo decir que una obra teatral me llama la atención de múltiples formas y, en consecuencia, no puedo decir «me gustó» y tampoco «no me gustó» porque sí puedo señalar que «por etapas» existen aciertos, ventajas, mejores aportes y todo aquello que prefiero y suelo destacar. 

Y yo no pienso como la mayoría, y quizá tampoco sea considerado un crítico como tal, por la mayoría de los críticos teatrales así que anunciados están.

1. La obra perfecta no existe

En lo particular, como crítico teatral, no puedo centrarme en una valoración inflexible porque la vida, – real o no- y representada sobre las tablas, no lo es, fluye desde y hacia donde menos lo podemos esperar y se mezcla con el devenir de la producción y los ensayos.

No hay tiempo para la perfección (aun así, deberíamos tener más tiempo para el ensayo) porque el presupuesto «no alcanza» y la emoción no se comparte mucho con los auspiciadores, pues otra sería la historia de la mayoría de las obras de teatro.

2. El impacto de los resultados afecta a los elencos

La vida teatral en este mi querido país (Perú), no es que esté reservada en sus niveles de éxito para pocos, para «la argolla», para los que «tienen contactos» o en fin, para los profesionales y «conocidos». Está reservada para quienes se han fajado contra la hostilidad reinante. 

Esta afrenta contra la vida teatral la podemos ver de forma sutil, frontal o quizá no la veamos venir. Y es una pena por que no estoy muy de acuerdo con ello de que «se aprende con sufrimiento porque así se aprende mejor».

Las emociones influyen, nos aquejan, duelen y no somos de piedra (queremos serlo) como para andar al 100 x 100 en todas las funciones, con las butacas vacías o a medio llenar. Pero quienes aprendieron «los trucos» a pulso, saben que los resultados son importantes para el elenco, a veces hasta los atomizan y diluyen.

3. Ensayos que no son suficientes

Las frustraciones de los ensayos suelen ser parte inherente del proceso creativo teatral. La búsqueda de la perfección es un desafío constante, pero volviendo a la idea de que la vida y la representación no son perfectas, evitar que los ensayos ingresen en esa vorágine toma también algunos aprendizajes y durezas.

Los ensayos son el espacio donde se descubren las limitaciones y se superan los obstáculos. Cada obstáculo superado es una lección aprendida, y cada error es una oportunidad de crecimiento. En este proceso, es fundamental mantener un equilibrio entre la búsqueda de la excelencia y la aceptación de la imperfección.

4. Un estreno genial, pero pocas funciones

El cumplimiento de las fechas para un estreno es un desafío importante, por que da miedo cuando sabes que no estás llegando bien y existe el riesgo inclusive de que los actores estén inconformes con el proceso.

En el teatro, las fechas de estreno son inamovibles, y esto puede generar presión adicional o el riesgo de quedar muy parado si no tienes más opciones.

Los dramaturgos que también actúan y co-dirigen deben ser especialmente organizados y comprometidos para asegurarse de que todo esté listo a tiempo.

Esto implica una gestión efectiva del tiempo y la capacidad de adaptarse a situaciones imprevistas que puedan surgir durante la producción. La disciplina y la planificación son esenciales para garantizar que la obra esté lista para su presentación.

¿Pero qué ocurre cuando todo esto causa el enfrentamiento con aspectos clave para una obra como lo son el número de funciones y la posibilidad de adquirir entrenamiento actoral real, duro y crudo?

¿Qué ocurre cuando el presupuesto no permite una temporada larga, y el marketing no encaja y las ventas son pocas y la función no puede continuar?

5. El compromiso con el público es un aspecto vital del teatro.

Es importante recordar que el público es una parte fundamental de la experiencia teatral. Su respuesta, ya sea positiva o negativa, afecta a los actores y a los creadores de la obra. Mantener un vínculo con el público y comprender que su diversidad de opiniones es parte de la riqueza del teatro es esencial. No todos amarán la obra, pero la interacción con el público enriquece la experiencia y puede llevar a mejoras en futuras producciones.

La vida teatral está llena de desafíos, pero también de recompensas. Las frustraciones de los ensayos, el cumplimiento de las fechas y el compromiso con el público son parte de la compleja danza de crear y representar una obra de teatro. La pasión y el compromiso son las fuerzas que impulsan a los dramaturgos que también actúan y co-dirigen, a superar estos desafíos y a seguir creando teatro enriquecedor para su público.

 

SERGIO GONZALEZ MARIN
Director Overflow Emprende – Proyecto Cultural ArtesUnidas.com

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