Blog

Lo masculino y femenino en la dramaturgia: 8 oportunidades

Abordar lo masculino y femenino en la dramaturgia es sumergirse en una búsqueda constante de sentido, conflicto y transformación. A través del tiempo, el teatro ha sido espejo de los roles, tensiones y dualidades que existen entre lo que social y culturalmente se entiende como ser hombre o ser mujer. Esta temática ha sido tratada desde la farsa hasta el drama más íntimo, en escenarios que cuestionan, incomodan o celebran esas complejidades humanas.

Lo masculino y femenino en la dramaturgia

El dramaturgo que desea explorar estos temas tiene ante sí un abanico de recursos expresivos y conceptuales. Aquí presentamos 8 oportunidades para enriquecer su escritura y puesta en escena tras enfocarse en lo masculino y femenino en la dramaturgia:

1. Arquetipos que dialogan con lo contemporáneo.

Aunque el teatro ha utilizado históricamente arquetipos como “la madre abnegada”, “el héroe sacrificado”, “la mujer fatal” o “el hombre proveedor”, hoy resulta esencial cuestionar y re imaginar esos moldes. Desde una visión crítica o deconstructiva, estos arquetipos pueden resignificarse, mostrando sus contradicciones y límites.

Ejemplo: Hedda Gabler de Henrik Ibsen. Hedda es una figura femenina que se resiste a los roles esperados para su época, expresando frustraciones que aún hoy resuenan.

2. Juegos de identidad y travestismo.

Desde la comedia de Shakespeare hasta los montajes contemporáneos, el cambio de roles, vestuarios o identidades ha sido un recurso que expone las construcciones culturales alrededor del género. Estos juegos no solo aportan dinamismo, sino que permiten cuestionar con humor o dramatismo lo que se espera de “lo masculino” y “lo femenino”.

Ejemplo: Twelfth Night (Noche de reyes) de Shakespeare, donde Viola se disfraza de hombre, generando una serie de malentendidos amorosos y reflexiones sobre identidad.

3. Lo doméstico como campo de batalla.

La vida en pareja, la crianza, las tareas del hogar y las relaciones familiares ofrecen un escenario potente para revelar tensiones entre roles asignados a hombres y mujeres. El conflicto muchas veces surge desde lo más cotidiano.

Ejemplo: La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca. En un entorno femenino opresivo, el rol ausente de lo masculino marca trágicamente el destino de las protagonistas.

4. Espacios simbólicos y escenografía con enfoque de género.

El escenario también puede hablar del desequilibrio entre lo masculino y lo femenino. Espacios cerrados, objetos simbólicos, vestuario opresivo o liberador, todo puede reforzar las emociones y contradicciones de los personajes.

Reto creativo: diseñar escenografías que “encajen o excluyan” según el género, visibilizando los límites que cada uno enfrenta.

5. Dualidades internas como motor dramático.

Más allá del conflicto externo, existen dualidades en el interior de los personajes: sensibilidad versus fuerza, vulnerabilidad versus poder, sumisión versus rebeldía. Mostrar esa lucha interna permite huir de caricaturas y construir personajes tridimensionales.

Ejemplo: Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams. Blanche Dubois representa una fragilidad emocional en contraste con la rudeza del entorno masculino, encarnado en Stanley.

6. El humor como herramienta de crítica.

La comicidad permite decir cosas muy serias de manera liviana. Parodiar los extremos, exagerar estereotipos, desarmar el patriarcado o el machismo con ironía es una vía potente en la dramaturgia contemporánea.

Ejemplo: La mujer sola de Dario Fo y Franca Rame. Un monólogo en tono de farsa que desnuda la soledad, represión y absurdos que vive una ama de casa.

7. Testimonios y voces múltiples.

El teatro documental o testimonial permite presentar experiencias reales, con relatos que atraviesan la vivencia de ser hombre o mujer en distintas culturas, generaciones o situaciones límite. Esto contribuye a desmontar visiones simplistas o universales.

Ejemplo: Los monólogos de la vagina de Eve Ensler, que recoge voces femeninas de todo el mundo, poniendo en escena sus historias sin filtros, desde el humor y la intimidad.

8. Nuevas masculinidades y feminidades.

Actualmente, se abren oportunidades para explorar lo masculino y femenino fuera de los binarismos tradicionales. Hombres que cuidan, mujeres que lideran, personajes que transitan entre etiquetas o que no desean ser nombrados en absoluto.

Reto escénico: construir personajes que rompan con lo predecible sin caer en lo panfletario, incorporando matices, contradicciones y humanidad.

Conclusiones sobre la permanencia de lo masculino y femenino en la dramaturgia.

  • Sin duda siempre será la mejor opción escribir desde la honestidad y la escucha.
  • Explorar lo masculino y femenino en la dramaturgia implica abrirse a preguntas incómodas, revisar los propios prejuicios y construir desde la honestidad.
  • Las obras que logran conmover, hacer reír o provocar reflexión son aquellas que reconocen la complejidad del ser humano y no se conforman con lo aparente.
  • El teatro, en cualquiera de sus formatos, tiene el poder de mostrar lo que muchas veces no se dice, de desarmar roles impuestos y de invitar al espectador a mirar con otros ojos lo que significa ser hombre o mujer hoy.

artesunidas

ArtesUnidas.com desde el 2008 apuesta por la difusión del arte y la cultura. Actualmente dispone de este sitio web, del grupo de Facebook "Obras de teatro en el Perú" y de la Fanpage @ArtesUnidas. Artes Unidas es un espacio comunitario que busca acercarse a todos y quienes participan de la cultura en habla hispana en cualquier parte del mundo. Aquí encontrarás además, servicios y montajes de actores que han participado de la dramaturgia de su director, Sergio González Marín.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *